Con 23 años en la comercialización y venta de bonos de carbono, mediante el manejo sustentable de sus recursos naturales, la Integradora de Comunidades Indígenas y Campesinas de Oaxaca (ICICO), ha hecho de esto un negocio ecológico, que beneficia el medio ambiente. Para el próximo 26 y 27 de octubre llevará a cabo la Tercera Venta de Bonos de Carbono.
La venta se realizará en el mercado internacional del proyecto Carbono, Agua y Biodiversidad Indígena, (Carbioin) bajo el lema: “Una historia y una escuela en el manejo sustentable de los recursos naturales.
Los bonos de carbono, es un instrumento económico en el que se puede comercializar un servicio ecosistémico, que consiste en la captura del dióxido de carbono, proceso que hacen de forma natural los árboles, es decir que, mediante la fotosíntesis, los arboles filtran el aire contaminado.
“Los bosques funcionan como un filtro, toman el aire contaminado de la atmósfera, toman ese dióxido de carbono que está presente en la atmósfera, lo fijan en su estructura, en sus raíces, tallos, ramas, hojas, etcétera, y a cambio nos entregan aire limpio”, explicó Fernando Yahir Pérez Antonio, técnico de la asociación civil.
La Integradora de Comunidades Indígenas y Campesinas de Oaxaca nació como proyecto desde el año 2000, y tiene como objetivo proteger el medio ambiente; “es más que una protección que un lucro” resaltó Pérez Antonio.
Indicó que los ingresos monetarios son una retribución en beneficio de las comunidades que han invertido trabajo para la protección del bosque y que sigan creciendo.
Es decir que los lugareños son quienes se dedican a combatir plagas, incendios que afectan a los bosques que están bajo su resguardo, ellos son quienes realizan actividades para resguardar el ecosistema, indicó.
“Más allá de ser un lucro, es justamente una retribución que viene de empresas que contaminan el medio ambiente, la atmósfera en específico, hacia las comunidades que se encargan justamente de todas las actividades para que el boque siga creciendo y capturando carbono”, resaltó el técnico Fernando Yahir.
En su momento, Rosendo Pérez Antonio, encargado del enlace internacional de la asociación, indicó que sus principales compradores se dedican al campo de la tecnología y entretenimiento.
Resaltó que los compradores cumplen con su responsabilidad social, en algunos otros porque es una obligación, ya que, aunque cuente con tecnología de punta, algunas emisiones, solo se depuran mediante los bonos de carbono.
Rosendo Pérez, expresó que, si no se cuidamos el ecosistema, “nos encaminamos justamente a una crisis ambiental, sobre todo por el cambio climático y la modificación de los patrones del clima”.
Asimismo, indicó que con la venta de bonos conservan ecosistemas nativos, las comunidades obtiene ingresos, pero al mismo tiempo está conservando empleos”.
De acuerdo con Rosendo Pérez, destacó que el 80 por ciento de los recursos de la venta de bonos de carbono regresan directamente a las comunidades y esto les permite realizar las actividades de conservación.
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Por otro lado, esto también les permite aprovechar sustentablemente los recursos naturales: “la comunidad tiene un doble beneficio. Puede estar vendiendo esos bonos de carbono, pero al mismo tiempo también puede comercializar otro tipo de recursos naturales como madera o suelos forestales”.
Finalmente indicó que una tonelada de carbono es una tonelada de bióxido de carbono que se ha capturado en los tejidos del árbol, por lo que el bosque requiere estar bien conservado y manejado por la comunidad.