Para variar, Morena echó mano de su mayoría en la Comisión de Justicia del Senado de la República para empujar la aprobación de la renuncia del Ministro Arturo Zaldívar.
Las bancadas opositoras alegaron que no había ninguna «causa grave» que diera sustento a la petición constitucional de la renuncia, pero los de Morena insistieron que Zaldívar sí tenía el derecho y cuestionaron que la decisión del todavía Ministro de acercarse a la campaña de Claudia Sheinbaum fuese vista como «un pecado».
La polémica renuncia prosperó con 12 votos en favor y siete en contra, según el registro que llevó la senadora Indira de Jesús San Román, secretaria de la Comisión.
Antes de que comenzara el debate, el senador Germán Martínez propuso que se incorporara al dictamen la comparecencia de Arturo Zaldívar, conforme al reglamento, pero no prosperó su petición.
El fundador del Grupo Plural equiparó la renuncia del Ministro con el niño meón de la fuente de Bélgica y aseguró que si el Presidente López Obrador la había aceptado, no fue por mala conducta sino, al contrario, por buen desempeño.
«Existe obligación de esgrimir una causa grave para renunciar a ser juez constitucional», alegó Martínez Cázares, aunque al mismo tiempo reconocería que nada impedía a Zaldívar figurar en el equipo de campaña de Sheinbaum.
Por su protagonismo, señaló el legislador, Zaldívar fue «una combinación de un juez estrella y un juez político, por su protagonismo.» En su opinión, el Ministro dimitente, «como la famosa fuente de Bélgica “Manneken Pis miccionó” sobre toda nuestra historia constitucional con su renuncia. Todos los que visitan la cercanía de la bellísima Gran Plaza de Bélgica, se fotografían con la estatua que orina. El retrato de esa actuación fisiológica-política fue la foto de un Ministro destogado con su nueva patrona. ‘Sí puedo y qué: me vale'».
El morenista Rafael Espino cuestionaría la validez de la renuncia del Ministro, pero terminó votando a favor. Según dijo, no la fundamentaba ninguna causa grave; además, alegar que sus aportaciones se habían vuelto marginales daba lugar a muchos cuestionamientos.
Por el PAN, Damián Zepeda previno sobre lo que él consideró más importante: que la próxima Presidenta no podrá elegir a un Ministro por 15 años. «Le están quitando al futuro Presidente el derecho a proponer un Ministro por 15 años, esa es la jugada política», observó. «Eso es lo que no se puede avalar. Se lo están robando a Claudia, a Xóchitl (Gálvez) o a Samuel (García). Avalar su renuncia sería limpiarle este proceso tan bajo que se está llevando a cabo.»
La morenista Imelda Castro echaría en cara a los opositores el hecho de que votaron a favor, hace cuatro años, la renuncia de Eduardo Medina Mora, «un Ministro que lo hizo de manera oscura, pero aquí hay otro caso donde un Ministro es claro y honesto y que dice que su tarea se ha vuelto marginal. Pareciera que es un pecado reunirse con Claudia Sheinbaum. Bienvenido a otros espacios, no hay nada de qué avergonzarse».
Claudia Anaya, del PRI, aseguró que no había «causa grave, sino más bien, un interés personal, pero ¿dónde están los derechos de los ciudadanos para mantener una Corte independiente? No es que sea un pecado irse con Claudia… es una desvergüenza».
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El emecista Noé Castañón opinó que Zaldívar había perdido «el valor y la dignidad para desempeñar el cargo y ha vulnerado en sí mismo su decoro. No explicar la causa grave será el yugo de la historia que ponga en su lugar al Ministro».
La ex priista Claudia Ruiz Massieu advirtió que se convalidará «una violación más a la Constitución mediante la imposición de la mayoría de Morena. La responsabilidad de esta soberanía debería ser revisar la supuesta gravedad de la causa que motiva la renuncia».