El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó una iniciativa al Congreso para modificar la Ley de la Industria Eléctrica, con la que desecharía en gran parte la aprobada en 2013. Por ser de carácter preferente, el Congreso tendrá 30 días para discutir la iniciativa.
La iniciativa establece que no será obligatorio para el Estado realizar subastas eléctricas y obligará a la Comisión Reguladora a revisar los permisos de autoabastecimiento y los contratos con particulares, además que si comprueba fraudes revocar permisos a centrales de autoabastecimiento renovable.
En esta iniciativa plantea comprar energía eléctrica a mayor costo a la de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Especialistas señalan que con esta reforma no se ahorran recursos a largo plazo en la generación de energía y atenta contra la competencia y ocasionará disputadas contra los inversionistas.
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De esta forma, si se aprueba la reforma se daría preferencia al uso de energía generada por hidroeléctricas, en segundo lugar la generada en otras plantas de la CFE; en tercero, la energía eólica y solar de particulares y, hasta el final, la energía de ciclo combinado de empresas privadas.
La reforma propuesta por el presidente López Obrador no es de carácter constitucional, ya que las iniciativas preferentes se limitan a cambios de leyes generales.
Consecuentemente, las modificaciones que deberán tener prioridad en la Cámara de Diputados, en el actual período de sesiones, podrán salir adelante sin necesidad de los votos de la oposición, pues sólo se requiere mayoría simple para concretarlas.