A partir de este jueves, 3 de marzo, oficialmente dos artesanías más de Oaxaca contarán la declaración de Protección de las Indicaciones Geográficas: “Seda Cajonos” y “Tapetes de Teotitlán, Santa Ana y San Miguel del Valle”; distintivos otorgados por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
El objetivo de este distintivo es proteger contra el plagio las creaciones de estas comunidades. Hecho histórico para Oaxaca; primera entidad en contar tres Indicaciones Geográficas que protegen de manera jurídica y dan valor agregado a las artesanías oaxaqueñas.
Cabe recordar que los Alebrijes -“Tallas de madera: Tonas y nahuales, artesanías de los Valles Centrales de Oaxaca”- fue la primera artesanía de Oaxaca en obtener esta distinción.
Este producto artesanal se elabora en San Antonio Arrazola, Unión Tejalápam, San Pedro Taviche y Oaxaca de Juárez y San Martín Tilcajete, este último considerado como el lugar fantástico para su creación, cabe recordar que destaca el taller de Jacobo y María Ángeles.
De acuerdo con el DOF, en la declaración de protección de la SEDA DE CAJONOS, destaca que el factor humano es determinante en el proceso de la elaboración de la seda.
Que va desde la crianza del gusano de seda, la separación de capullos, pasando por el devanado, teñido de madejas y tejido de prendas por medio de telar prehispánico denominado «de cintura», o de marcos o pedales.
Asimismo, detalla que el origen, calidad y características de la Indicación Geográfica » SEDA DE CAJONOS» estarán garantizadas en el proceso de elaboración.
En referencia a la IG del “Gusano de Seda” considera como beneficiarios a las y los artesanos de los municipios de San Pedro Cajonos, San Francisco Cajonos, Santo Domingo Xagacía, San Pablo Yaganiza, San Mateo Cajonos y la agencia municipal de San Miguel Cajonos.
Por otro lado, los «TAPETES DE TEOTITLÁN, SANTA ANA Y SAN MIGUEL DEL VALLE«, destaca que esta artesanía consiste en tapetes tejidos en telar de pedales con lana de borrego hilada y teñida con procesos artesanales, caracterizados por sus diseños lineales, geométricos y figurativos de colores únicos.
El hilo de lana de borrego criollo es la materia prima indispensable para la elaboración de los tapetes; donde el proceso de hilado es una parte sustancial, pues de la calidad del hilo depende el tejido.
De acuerdo con el DOF indica que se debe obtener un hilo de un grosor continuo sin nudos; que depende de la destreza de la hilandera que lo va formando en cantidades aproximadas de 500 gramos; que no necesariamente se pesan; sino por su habilidad y experiencia va midiendo la carga de hilo en el huso de metal para que no se recargue.
Asimismo, indica que, la raíz de la enredadera llamada Amole; usada en el proceso de lavado de la lana, es una enredadera endémica de las montañas colindantes; y se encuentra en el mismo mercado de Teotitlán.
Con respecto al teñido, por lo general cada taller tiene sus propias recetas para el teñido; empleando combinaciones de frutos y plantas para tonos específicos por lo que justamente este saber tradicional.
Finalmente, los diseños denominados zapotecos, incluyen grecas, cruces y diamantes se consideran geométricos; debido a que cada estilo requiere habilidades y precisiones diferentes, siendo que los tejedores se especializan en cada uno de ellos.